Hace 150 años atrás yo solía escribir, y me salía hasta “bonito” decían algunos.. era mi default option cuando no me bastaba con ideas que se las lleva el viento, sino que quería plasmarla en un papel, aunque el mismo se encontrara “in the cloud”..
Pasan meses como días y días como horas, surgen ideas brillantes que no llegan ni a una frase, nombres desabridos de posibles libros por escribir, remembranza de escenas propias tragicómicas, pero aun no llega la tan esperada inspiración transformada en historia de valor.
Dicen que a esta edad, el “brain fog” se instala en el disco duro pero en mi se siente más que neblina, como una tormenta de arena en el desierto del Sahara..
Efecto post COVID quizás? un virus que llego para hacer mella a los humanos cada día menos inteligentes..
Dos semanas atrás, entro emocionada a una librería para llenarme de ideas brillantes y al cabo de un rato, me aburro de títulos que llevan a lo mismo: superación, autoayuda, liderazgo, éxito, romance; uff! decido subir para encontrar en un lugar apartado, apretujados en un solo estante, los libros esotéricos y de magia (Efecto espejo de la realidad)
Ya nada se vive igual, te preguntas para que comprar físicamente un libro si puedes encontrar en internet el resumen o video explicativo del tema?.. por lo que al final se me ocurre que buscare el libro del tarot para aprender de cartomancia, eso sí, me empeño en buscar la fuente original, (Rider Tarot) y me doy cuenta que no está, en cambio consigo las variaciones: tarot para queers, tarot con imágenes de sirenas, tarot de las hadas, y en plena búsqueda se me hierve el pensamiento, (tuve un HOT FLASH) Como es posible que le quiten seriedad al asunto!
Al final de una hora dedicada a mi inspiración intelectual, con café de Starbucks en mano y ojeando gratis las revistas pop con chismes de Hollywood, me declaro oficialmente una humana contemporánea en post pandemia.
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