(Parte 2)
1:00 pm y yo en pijama, lujo o pérdida de tiempo? Me remonta a mis 11 años y mi mamá rogando que me cambiara, pasaba todo el día con mi batica de dormir hasta el día que llamaron al timbre y eran unos amiguitos del colegio que venían a saludar, estaba ya entre 6to y primer año de bachillerato, salí corriendo y de los nervios no encontraba ropa que ponerme. Casi nunca nadie visitaba la casa donde vivíamos en la Fundación Mendoza, así que cuando llamaban a la puerta, era inevitable que se acelerara el corazón. Sobre todo, si la visita era para verte a ti.
Para los que me conocen, no me gusta pasar tiempo libre en casa, para mí es un castigo de fin de semana, lo mío es estar fuera, hacer alguna actividad diferente que me permita compensar lo no vivido de lunes a viernes en mi trabajo full time. la casa además invita a una labor que hacer por cada esquina: barrer por acá, acomodar por allá, guardar, limpiar, organizar. puros verbos activos, nunca: descansar, meditar, relajar, apreciar, compartir… hasta ahora..
Finalmente hice las paces con la casa! no, no me importa si la mesa de comedor se convirtió en dos pupitres y una oficina llena de papeles, el comienzo de las escaleras en el parking de zapatos de toda la familia, y el patio: el nuevo club social donde conviven hamaca, pelotas, raquetas y hasta un kayak inflable, que se llena de agua y sirve de piscina individual.. tampoco si los cuatros nos cambiamos la pijama a las 11pm para ponernos otra para dormir, Si me despierto sólo cuando se me quita el sueño, o si me acuesto a media tarde después de almorzar a las 3pm. Definitivamente esto suena a LUJO..
¿Qué ha cambiado entre antes o después? La perspectiva. Estos aprendiendo a vivir.. (Inevitable recordar acá la canción de Aditus, “Perdiendo Altura” aunque ese es tema de otro post). Ahora a ponerme las pilas, porque de aquí no quiero salir a la rutina que me amargaba. Luego de las dos primeras semanas, se comienza a internalizar la cuarentena, la revisión es minuciosa, como las gavetas que tenía años sin organizar, y en las cuales ya por lo menos las cosas quedaron guardadas de acuerdo a su importancia y cronología: una caja para las cosas pasadas como mi licencia de conducir y mi cedula venezolana, que tal vez nunca vuelva a utilizar, (inserte aquí unos ojos llorosos..) o los dientitos que se robó el ratoncito Pérez y que no tengo idea como aparecieron en mi gaveta de mesa de noche?? (Si lui..)
Mi casa soy yo, que ahora me da permiso de estar SIN CULPA ni ansiedad de que se me pase la vida sin hacer algo productivo. Acaso hay que estar estresado para sentirse productivo?
Nota a pie de página:
Este momento de vida resulta muy incómodo para algunos, pues nos incita a volver a casa, a voltear y a reflexionar sobre ti. Los que están compartiendo en este momento contigo, se convierten en tus espejos magnificados ayudándote a verte exponencialmente con tus virtudes y tus defectos.
To be continue…
Excelente, mi linda, es el sentir de casi todos!!! Me encanta, no he visto el primero!!!
Pues me alegra mucho que te guste, tu eres la maestra que inspiro mi amor por el lenguaje y la escritura.
“”””Mi casa soy yo, que ahora me da permiso de estar SIN CULPA ni ansiedad de que se me pase la vida sin hacer algo productivo. Acaso hay que estar estresado para sentirse productivo?“”””. Adela que difícil se me a hecho “no ser productiva “. Como tú, estoy aprendiendo….
Pues si, nos han inculcado hacer en vez de ser.. buena reflexion de tu parte!
Querida Adela:
Me identifiqué mucho con tu “hacer las paces”, yo estoy tarabajando eso. Me encanta tu estilo, es muy fresco.
Gilda, definitivamente todo un aprendizaje, esta cuarentena! me alegra que te gusten mis escritos, me encanta cuando me comentan pues la idea es abrir a una conversacion mayor o al menos a una reflexion a distancia. Un abrazo!
Me quedo con pertenecer a mi hogar siendo, que salir a lo ajeno haciendo. Me encantó esta reflexión.
Excelente, asi es querida amiga!
Adela querida
Descubro en la cuarentena el disfrute del hogar, del jardín, de las mascotas, de saborear una tasa de té sin prisa y de la inimaginable cantidad de cosas que se pueden hacer muy bien desde la casa . Y de que definitivamente habrán muchas cosas que no vamos a hacer no importa de cuanto tiempo dispongamos.
asi es, yo tambien finalmente descubriendo ese disfrute al alcance de nuestra mano, y sin culpa por esos “deberiamos”, que no nos provocan estos dias